¡ Que no te cojan !
Hace unos días, paseaba por Cartagena, disfrutando de su clima, de mis conciudadanos siempre acogedores y de su Semana Santa, de las mejores del mundo. Pude ver en un lugar destacado de la librería Escarabajal, el nuevo libro de un amigo. ¡ No me cogerán vivo ! De Arturo Pérez-Reverte.
Y le llamo amigo, y que me perdone D. Arturo, porque, aunque él no me conoce, yo he pasado muchas horas con él, me ha contado muchas historias. Algunas de hechos históricos, de guerras, de gentes, de culturas ... hasta de políticos cerriles y cantamañanas. Otras inventadas por él, en donde salen otros amigos que también conozco, que se mueven por calles que también conozco y que hacen cosas que aunque no las han hecho nunca, bien las podrían hacer, porque les sobran cojones para hacer eso y mil cosas más. Me ha contado historias de curas, de navegantes, de chicas malas y no tan malas, de capitanes, de húsares, etc..
Y le llamo amigo, porque aunque no haya cruzado una palabra con él, semana tras semana, me ha contado desde su punto de vista la actualidad política de este cada día más reino de Taifas. Me ha descrito a la perfección la sociedad de este país y de las demás naciones que forman este conjunto. Y me ha hecho reir relatando la catetez de algunos paletos que andan por ahí dándose el pisto.
Y le llamo amigo, porque él también llama amigo a Dumas y al resto de sus autores favoritos que le han dado horas de aventuras.
Pues el académico, ha juntado en un libro todos sus artículos publicados en “El Semanal” desde el año 2001 hasta el 2005, desde los cuales reparte estopa a todo bicho viviente. Desenmascara a esa clase política cerril y caciquista, denuncia a periodistas incultos y manipulados, a personas de a pié insensibles, caprichosas y maleducadas. También, por supuesto, alaba a buenos escritores, buenos libros y buenos profesionales, de los que se dejan la piel en el trabajo por cuatro duros. Todo esto con un dominio del castellano impecable, grandes dosis de ironía y un poco de mala leche. Como dicen en nuestro “pueblo” con mucho “borderio”.
Yo pienso leérmelo entero, seguiré disfrutando de la lectura de sus libros y llamándole amigo, además de desearte... ¡Que no te cojan!
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