19 abril 2006

¡ Que no te cojan !

Hace unos días, paseaba por Cartagena, disfrutando de su clima, de mis conciudadanos siempre acogedores y de su Semana Santa, de las mejores del mundo. Pude ver en un lugar destacado de la librería Escarabajal, el nuevo libro de un amigo. ¡ No me cogerán vivo ! De Arturo Pérez-Reverte.

Y le llamo amigo, y que me perdone D. Arturo, porque, aunque él no me conoce, yo he pasado muchas horas con él, me ha contado muchas historias. Algunas de hechos históricos, de guerras, de gentes, de culturas ... hasta de políticos cerriles y cantamañanas. Otras inventadas por él, en donde salen otros amigos que también conozco, que se mueven por calles que también conozco y que hacen cosas que aunque no las han hecho nunca, bien las podrían hacer, porque les sobran cojones para hacer eso y mil cosas más. Me ha contado historias de curas, de navegantes, de chicas malas y no tan malas, de capitanes, de húsares, etc..

Y le llamo amigo, porque aunque no haya cruzado una palabra con él, semana tras semana, me ha contado desde su punto de vista la actualidad política de este cada día más reino de Taifas. Me ha descrito a la perfección la sociedad de este país y de las demás naciones que forman este conjunto. Y me ha hecho reir relatando la catetez de algunos paletos que andan por ahí dándose el pisto.

Y le llamo amigo, porque él también llama amigo a Dumas y al resto de sus autores favoritos que le han dado horas de aventuras.

Pues el académico, ha juntado en un libro todos sus artículos publicados en “El Semanal” desde el año 2001 hasta el 2005, desde los cuales reparte estopa a todo bicho viviente. Desenmascara a esa clase política cerril y caciquista, denuncia a periodistas incultos y manipulados, a personas de a pié insensibles, caprichosas y maleducadas. También, por supuesto, alaba a buenos escritores, buenos libros y buenos profesionales, de los que se dejan la piel en el trabajo por cuatro duros. Todo esto con un dominio del castellano impecable, grandes dosis de ironía y un poco de mala leche. Como dicen en nuestro “pueblo” con mucho “borderio”.

Yo pienso leérmelo entero, seguiré disfrutando de la lectura de sus libros y llamándole amigo, además de desearte... ¡Que no te cojan!

El timo anual

Cada año hacen su “agosto” aunque estemos en Septiembre. Nos sacan un dinero que yo, hasta el día de hoy, no entiendo. Si alguien me lo puede explicar, se lo agradeceria.

Cuando volvemos de nuestro merecido descanso estival, nos lanzamos a inscribirnos, hombres y mujeres, en las más variopintas actividades para afrontar el invierno. Los que hemos ganado unos kilitos elegimos fitness y los más alegres aerobic o pilates. Los más bailongos, de cabeza a bailes de salón y los más exóticos a danza del vientre. Si somos mañosos podemos hacer algo más relajado, trabajos manuales, punto de cruz, dibujo, óleo incluso acuarelas. También somo muchos los que necesitamos mejorar nuestra formación, en este caso los cursos de informática se llevan la palma, muy seguidos de los de Inglés. Los melómanos, al llegar estas fechas, podemos empezar a cumplir uno de nuestros grandes deseos, llegar a interpretar nuestra canción favorita con ese instrumento que nos cautiva.

En todas estas actividades nos solicitan una “matrícula”, más o menos como si estuviesemos en la complutense. En el caso de las universidades, está completemente justificado que se cobre una matrícula, pues está claro en concepto de que se paga. A lo largo del curso no pagamos cuotas mensuales y cuando hemos recibido las clases, tenemos derecho a un examen.

Si embargo, en las actividades que enumero en el primer párrafo, y en otras muchísimas más que me he dejado en el tintero, nos cobran un dinero en la inscripción por un importe, en muchos casos, superior a la mensualidad que, si bien responde al concepto de “matrícula”, en la realidad no se materializa en nada. Yo creo que esto es un timo, pues nos cobran un dinero y a cambio de ese dinero no recibimos nada, ya que la formación que estoy recibiendo, la estoy pagando mensualmente por adelantado.

La cosa puede ir más allá, una vez pagada la matricula y el primer més, comenzamos nuestro curso y en la primera clase descubrimos que no se nos ofrece lo que se nos prometió, bien porque el material es insuficiente, bien porque el nivel de dificultad del curso no se adapta a nuestras espectativas o no es el que se especificó al realizar la matricula. En el caso de que no queramos perder nuestro tiempo habremos perdido nuestro dinero, lo que hace que continuemos con el curso perdiendo más dinero mensualmente y dificultando el aprendizaje del resto de la clase, con tal de “diluir” el dinero de la matricula.

El sistema está tan difundido, y en algunos casos la oferta es tán reducida, que de nada te sirve protestar. O pagas “la mordida” o te quedas con las ganas. Los consumidores tenemos tan asumido el pago, que lo hacemos sin rechistar, sin darnos cuenta que estamos pagando algo que no recibimos.

¿Hay alguna ley que respalde esta práctica? ¿Podemos reclamar que no se nos cobre lo que no recibimos? ¿Alguna asociación de consumidores se hará eco de este hecho ? ¿Nos informará a los consumidores para que no asumamos esta práctica como normal?.

La bandera de Louisiana

¿ Alguien ha visto alguna vez la bandera de Louisiana o de Wisconsin en la televisión, periodicos, revistas, etc...incluso en un atlas?. ¿Cuanta gente en Vilnius ha visto la “senyera” catalana?.

Hace unos días tuve la oportunidad de ver por la televisión, con motivo del desastre de ese “monstruo” de la naturaleza llamado “Katrina”, las terribles inundaciones que están sufriendo miles de ciudadanos de los Estados Unidos.

Imaginense la escena, muy cerca de New Orleans, el tipico padre de familia americano, protector de toda la familia, subido en el tejado de una casa en medio de un mar de lodo. Alrededor de él su esposa y sus hijos que los abrazan y buscan su apoyo ante la llegada de un helicoptero que intentará salvarlos de tal situación. Bajo sus pies una gran bandera norteamericana.

¡ Tiene cojones la cosa !, osea, se anuncia la llegada de uno de los más grandes huracánes que ha sufrido la zona, el agua sube hasta una altura que hace peligrar sus vidas y posiblemente haya terminado con las de sus vecinos y aún hoy no se conocen los miles de vidas que se han perdido ante tan trágico fenomeno y esta familia elige para llevar al tejado y posiblemente pasar sus ultimas horas de vida antes de ser tragados por las aguas, ¡ una bandera de su pais !.

No se crean que soy tan iluso como para creer que existe, hoy día, algún español que muestre la bandera española en una situción parecida o incluso sin parecerse. Cuando el país más poderoso del mundo se mantiene unido, trabaja unido para competir contra el resto del mundo, aquí en España lo que se estila es el modelo “Reino de taifas”, que tan “buen” resultado les dió a los musulmanes que conquistaron la peninsula y que les llevó a la decadencia y expulsión de la misma.

En vez de pensar en la unión de los paises de Europa, en representarnos con una única bandera, en construir, en beneficiar a todos, primero incorporando a nuestra cultura aquello bueno que tienen otras culturas y luego renunciando a absurdas tradiciones o pseudoculturas inventadas y alimentadas por politicos incultos, en España nos dedicamos a remarcar los “signos de identidad”.

¿ Alguien ha visto alguna vez la bandera de Louisiana o de Wisconsin en la televisión, periodicos, revistas, etc...incluso en un atlas?. Yo al menos no. Y la he buscado en la red. Y efectivamente no, no la he visto en las noticias de televisión, en los deportes, en las peliculas. Aqui se las pongo a Vds. para que las vean.


A raiz de esto me he puesto a pensar ¿Cuanta gente en Vilnius ha visto la “senyera” catalana?. Pues yo creo que unos cuantos, al menos los aficionados al deporte, que ven en unas olimpiadas múltiples banderas de una selección española compuesta de varias “nacionalidades”. Claro que posiblemente, el presidente de los Estados Unidos tampoco sepa el aspecto que tiene nuestra bandera española, incluso cuanto más al sur de Mexico nos encontramos situados.

06 abril 2006

Himno a Cartagena

El Himno a Cartagena, con música de Manuel Díaz Cano y letra de Angel Roca, tiene su origen en un concurso público convocado por el Ayuntamiento y fallado en julio de 1984, si bien su declaración oficial como Himno de la Ciudad de Cartagena y su presentación, tuvo lugar el 30 de mayo de 1987, en la plaza del Ayuntamiento, en un memorable concierto en el que participaron la Banda de Infantería de Marina y las masas corales Tomás Luis de Victoria y Carthagonova.
DESCARGA EL HIMNO DE CARTAGENA

La Leyenda forjaron de tu nombre
Cuantos héroes tus mármoles custodian,
Proyectando el pregón de tu hidalguía
Desde el puerto a los mares que de la historia...
En tus viejas murallas y castillos
Quedan huellas de hazañas que te honran,
¡que te hicieron la mártir de la patria,
ciñéndole a tu frente dos coronas!

ESTRIBILLO
Cartagena, querida Cartagena,
¡Qué delirio de gloria tu delirio!
¡Qué grandeza de historia tu grandeza!
¡Qué destino de reina tu destino!
De muy noble, leal y siempre heróica
El blasón legendario has merecido
¡Y la banda de firme capitana
de los puertos y mares conocidos!

II
Tu Semana Mayor se hace universo
Amparada en la Virgen tu patrona,
Y revives el drama pasionario
Junto al Cristo en la Gracia Redentora.
CARIDAD es el timbre de tu escudo
Que figura en las piedras de tus obras,
En tus plazas fundido en cada bronce
Y ungido en cada letra de tu historia

AL ESTRIBILLO

***

(APOTEOSIS DEL CORO)

¡¡CARTAGENA...MILENARIA...CARTAGENA!!

05 abril 2006

Yo soy de Cartagena. ¿Y qué?
Por Arturo Pérez-Reverte

¿Y a mí qué me cuentan?. Quisiera que alguien me explique de una puñetera vez qué pretenden decir con esa murga de "es que yo soy de aquí, y no soy de allí" que le salta a uno a la cara cuando abre un periódico, o enchufa la tele, o el arradio. Porque, a ver. ¿Dónde diablos es aquí y dónde es allí? Y cuando se invoca un hecho diferencial como si fuese palabra mágica, ¿estamos hablando de diferencias con quién? Porque si de lo que se trata es de ser diferentes, el de arriba firmante es tanto como el que más. Y a la hora de plantear argumentos nacionalistas, paletismo local o factores raciales e históricos no estoy dispuesto a dejarme achantar por nadie. Puestos a ello, puedo ser tan poco español o tan cantamañanas como cualquiera.

Porque vamos a ver. Si de lo que se trata es de marcar paquete, diré que yo, por ejemplo, soy de Cartagena: una ciudad que tiene tres mil años de historia y que podría abastecer de solera a media Europa. Fue capital de la España cartaginesa, y capital de cada una de las cinco provincias romanas de Hispania. Mis antepasados eran griegos, fenicios y cartagineses; y cuando de jovencito me zambullía en el mar, sacaba ánforas que llevaban veinte siglos allá abajo, enfrente de mi casa. En cuanto a raza también soy distinto, porque mi RH positivo es mediterráneo, antiguo y sabio. Y puestos a eso, me siento más a gusto en un cafetín moruno de Tánger o bebiéndome un vaso de vino con aceitunas bajo una parra griega, que en la Gran Vía de Madrid, El Sardinero, Las Ramblas o la plaza mayor de Trujillo.

En cuanto a peripecias históricas, pues bueno. Mientras los comerciantes, los campesinos y la gente de la iglesia y de la paz se iban al interior - a Murcia- para esquivar las incursiones de los piratas berberiscos, mis architatarabuelos se quedaron en la costa a pelear. Y cuando la primera república, el Cantón de Cartagena se autodeterminó por las bravas, acuñó su propia moneda, poseyó su escuadra, y al aparecer las tropas centralistas no se desbandó como una manda de conejos, sino que resistió seis meses a cañonazo limpio. Y en lo que se refiere a lengua propia, cierto es que no hay una nacional cartagenera; pero los críos, antes de tener uso de razón, saben leer en las piedras inscripciones en latín.Y mucho podríamos discutir sobre si decir: "deme sinco sentímetros de sinta de senefa asul" o blasfemar con la barroca riqueza léxica del habla cartagenera no es un hecho diferencial lingüístico de cojones..

En cuanto a agravios, para qué les voy a contar. Hoy, Cartagena es una ciudad industrialmente desmantelada, deshecha por el paro, con menos alternativas que un bocadillo de mortadela en Ruanda. A los cartageneros no es que los hayan puteado histórica y sistemáticamente el gobierno central, las monarquías austriaca y borbónica, la dictadura franquista o los cien años de acrisolada honradez. A los cartageneros nos han hecho la puñeta la administración fenicia, la griega, la de Roma, la bizantina, los suevos, los vándalos, los alanos, los visigodos, el califato de Bagdad, el de Córdoba, el Cid Campeador, los reyes de Castilla, los de Aragón, Napoleón Bonaparte, el general Martínez Campos, la primera y la segunda repúblicas, y todo el que pasó por allí. Mis antepasados pagaron impuestos, palmaron en la Invencible, Trafalgar, Santiago de Cuba, Filipinas, Annual. Y a cambio, como el resto de los españoles, recibieron hostias hasta en el cielo de la boca. Cierto es que fueron cómplices y actores en empresas imperiales de la España centralista castellana. Pero cuando vas y abres los libros de historia, compruebas que en cualquier batalla de Flandes, en cualquier episodio colonial de América, en cualquier aventura española en Nápoles, Sicilia, norte de África o Constantinopla, los apellidos de los capitanes, soldados, marinos, comerciantes y frailes eran también, y no pocos, vascos, catalanes, gallegos, navarros, mallorquines y etcétera. En esta galera hemos remado todos, y a todos nos han dado infinitas veces por detrás y por delante. Aquí no hay víctimas de primera y de segunda clase, y sólo a los muy canallas o a los muy imbéciles se les ocurre trazar líneas divisorias con tan irresponsable arrogancia. ¿Diferentes? Claro que sí. No sólo van a serlo tres o cuatro chantajistas bocazas. Aquí todos tenemos motivos para piarlas, y cuando llueve se moja todo cristo. Así que, para diferencia, la mía y la de la madre que me parió. A ver qué se ha creído esa panda de gilipollas.

Escudo de Cartagena (España)